Komando Kroketa:
alpinismo, excursionismo, escalada, esquí de travesía
https://www.komandokroketa.org/
Ruta: Subida al Feniás desde
el Balneario de Panticosa
Participantes:
Nacho, Juanjo, Karmelo
Comentarios: Empieza a escasear
la nieve, poniendo los esquís poco más arriba de la Mallata Baja.
Aviso: Todo el bosque de subida
está lleno de procesionaria, una plaga como nunca habíamos visto en
ningún sitio, y no solo de nidos sino el suelo lleno. Así que muchísimo
cuidado con niños y perros (en mi caso, al día siguiente tenía
bastantes zonas del cuerpo irritadas, llenas de granitos y picor,
incluso zonas que iban cubiertas, y supongo que por los pelillos que
podría haber en el ambiente, aunque mis compañeros no tenían nada).
De subida porteo de una hora, hasta la base donde empieza el tubo de
ascenso. Nieve primavera, que de subida resultaba incómoda porque
patinaba continuamente, pero de bajada muy buena. El descenso apuramos
un poco más abajo de la Mallata, por el lado derecho del río, con algún
quita y pon de los esquís.
Al final, cuando llegamos al circo superior, al pie del pico, entre
el cansancio después tras meses sin poder hacer montaña, la nieve
pesada que nos ha agotado, un calor asfixiante en la subida final, dos
nos damos por satisfechos, y el tercero decide que no subirá a cima
solo.
Camino de subida al Feniás, visto
desde la Mallata Baja
Y la única plaga en el Balneario no es solo el de la procesionaria,
sino que hay una invasión de "roedores gigantes" que se están
apropiando del entorno, y aunque al principio solo serían los
edificios, después se apropiaron de su alrededores. Poco después ya
hicieron suya la plaza, que siempre había sido libre, y donde todos
podían aparcar, poniendo barreras para que no accediera nadie, salvo
que hubieran pasado por caja alojándose en sus madrigueras de lujo.
Ahora se han apropiado también del aparcamiento general de la entrada,
siempre libre, añadiendo barreras y cartelitos de aparcamiento para
clientes. Y no $é por qu€, para estos okupas nunca va la policía a
evacuarlos, pese a que cada vez se apropian de más y más espacios de
uso público.
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